Los unicornios, entre la leyenda y la realidad

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De acuerdo con The GovTech Index 2020, elaborado por el CAF Banco de Desarrollo de América Latina, México es uno de los cinco países que encabezan la región en cuanto al desarrollo de nuevos emprendimientos. Lo acompañan en esa categoría Brasil, Chile, Colombia y Uruguay.  

A excepción de Brasil, ninguno de los otros países mencionados tiene ni la mitad de la población que tiene México. Hay más mexicanos en Guadalajara y sus municipios conurbados que uruguayos en todo el mundo. Si tomamos en cuenta el tamaño de la economía, el PIB de Brasil supera al de México en dos a uno, grosso modo. Ante una realidad tan distinta en lo demográfico como en lo económico a través de toda la región, un examen más detenido del asunto parece más necesario antes de concluir que México cabalga exitoso la cresta de la ola en tecnologías digitales y emprendimiento. 

¿Qué es un unicornio? 

Se atribuye a Aileen Lee, un inversionista en capital de riesgo al frente de Cowboy Ventures, la idea de usar “unicornio” para distinguir cierto tipo de startup. Lee se refería a empresas que permanecían en manos privadas (es decir, que no cotizara acciones en una bolsa de valores) cuya valuación superara los mil millones de dólares.  

En 2013, cuando se comenzó a usar el término, las empresas que reunieran esos dos atributos eran toda una rareza, así que darles el nombre de un animal de leyenda fantástica parecía apropiado. Lo cierto es que, desde entonces para acá, los unicornios se han multiplicado como conejos. “Su número ha crecido de una docena hace ocho años a más de 750, con un valor combinado de $2.4 trillones —publicó The Economist en julio pasado —. 

En el primer semestre de 2021, las startups en tecnología levantaron trescientos billones a nivel global, más o menos lo que se levantó en todo 2020”. Esas cifras se ajustan a la norma anglosajona de considerar que un billón equivale a mil millones. Con todo y todo, se trata de montos impresionantes.  

Pero otra cuestión también digna de notar, según el propio The Economist, es que estas empresas no pertenecen a la categoría del marketplace, es decir, un entorno al estilo Uber o Airbnb, en el que los recursos de las tecnologías digitales se emplean para hacer que concurran los que piden con los que ofrecen (o los que necesitan con los que tienen) y lleguen a un acuerdo comercial. “En vez de eso, [los unicornios de cuño más reciente] ofrecen o están desarrollando productos sofisticados, frecuentemente en mercados de nicho”. Según la revista, los sectores económicos con mayor concentración de nuevos participantes son fintech, la inteligencia artificial, servicios de salud digitales y la ciberseguridad. 

Unicornios en México 

Al día de hoy, los analistas reconocen que los emprendimientos mexicanos con el grado de unicornio se desempeñan en tres actividades distintas. 

Mercado de autos seminuevos. Fue apenas en abril del año pasado que Kavak alcanzó la envidiada categoría, luego de cinco años de funcionar. Actualmente opera en México, Brasil y Argentina. 

Mercado de criptomonedas. Aunque fue el segundo emprendimiento en la lista de unicornios, el valor asignado a Bitso, que permite a cualquier persona la compraventa de criptomonedas con cantidades mínimas, es poco menos del doble del anterior. Fundada en 2014, Statista la ubica en el sexto lugar entre las más valiosas empresas de América Latina.  

Motor de pagos. El tercer emprendimiento de la lista, que proporciona a los negocios pequeños todo lo necesario para recibir pagos mediante tarjetas bancarias, ingresó apenas en junio. El valor de Clip, que el año próximo cumplirá diez años de funcionar, se sitúa entre el de las otras dos empresas. 

Una expectativa optimista 

Con todo y lo meritorio que sea el hecho de que una empresa alcance en menos de una década de funcionamiento el valor umbral de los unicornios, desde una perspectiva más amplia no parece muy impresionante que México cuente con solo tres. Si a nivel global su PIB lo ubica en el lugar quince, cabe preguntar si esa cantidad no sugiere más bien un retraso. El hecho es que los analistas estiman que en los próximos años se acelerará de manera perceptible el número de empresas mexicanas en esta lista de honor.  

Las razones de ese optimismo son varias. Por un lado está un factor a nivel global: en el curso de los últimos meses ha ocurrido una importante liberación de capital de riesgo, en virtud de la salida a bolsa de startups anteriores, incluidos varios unicornios. Estos capitales ahora están ansiosos de respaldar nuevos emprendimientos y cosechar sus beneficios.  

Por otro lado, ha crecido el número de organizaciones dispuestas a respaldar desde temprano los nuevos emprendimientos. Ya no son solamente los inversionistas anteriores sino organismos como fondos de pensión o fondos de inversión soberanos.  

El hecho de que tan solo en 2020 hubiera casi 120 nuevos unicornios resulta un indicador de que los retornos que se pueden obtener son sumamente atractivos. Ante la multiplicación de jugadores en los campos tradicionales, Estados Unidos y China, quienes desean respaldar nuevos emprendimientos lanzan su mirada hacia otras regiones, a la búsqueda de economías donde las condiciones se muestren propicias.  

Este tercer factor nos trae de regreso a México, más específicamente al factor demográfico. No es una cuestión menor: tan solo la zona metropolitana de la Ciudad de México representa una concentración de personas similar al total de habitantes de países enteros, como es el caso de Chile. En esas condiciones, el potencial para alcanzar una base de consumidores con toda rapidez está a la vista.  

Tan es así, que The Global Startup Ecosystem Report 2020  le otorgó a la ciudad una destacada calificación en tres aspectos: desempeño (6 ptos.), fundación de nuevas empresas (8 ptos.) y talento humano (9 ptos.; siempre en escalas de 10 puntos. En virtud de las calificaciones de reporte, cabría llegar a la conclusión de que se trata del ecosistema de startups emergente con más peso en toda América Latina, por delante de las ciudades de Bogotá (Colombia) y Curitiba (Brasil).  

Esta apreciación se ciñe al entorno regional. A nivel global, el área de oportunidad para el país y sus tres principales zonas metropolitanas, en comparación con otros polos de desarrollo como Wuxi en China, Taipéi en Taiwán o Helsinki en Finlandia, es infinito. Además, entre el potencial de una startup y su cristalización en una empresa próspera y estable se extiende un camino que se debe recorrer con cautela. En opinión de la consultora Deloitte

 “resulta fundamental que las startups mexicanas busquen el apoyo de especialistas, para desarrollar las mejores estrategias […] conseguir la rentabilidad sin sacrificar el crecimiento y acelerar sus procesos, incluso mediante mecanismos de fusiones y adquisiciones”. 

Lennken Group aglutina más de diez unidades de negocio dedicadas a la creación de soluciones de valor óptimo, con un enfoque que equilibra la tecnología informática digital y la alta administración de negocios. Envía un correo a contacto@lennken.com para conversar sobre los retos, necesidades y objetivos que puedas tener en torno a tu emprendimiento. Estamos seguros de que podemos ayudarte a alcanzar el siguiente nivel. 

Mauricio Prieto

CEO de Lennken Group

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