
Evita que la brecha digital afecte a tu empresa
Pedro trabaja en una fábrica de equipo eléctrico. La semana que entra tomará un día libre para acompañar a su hijo a un torneo inter escolar. Acaba de enviar el aviso a recursos humanos, luego de verificar en un kiosco de autoservicio para empleados que por su ausencia sólo le descontarán una hora. José colabora en una distribuidora de productos de acero. Tiene en las manos el formulario para solicitar vacaciones que su jefe acaba de autorizarle y debe entregarlo en el departamento de recursos humanos, pero primero necesita ingresar unos pedidos al ERP. En lo que termina de cargar el sistema, revisa las fechas del formulario, donde descubre un error. Tendrá que descargar, completar e imprimir uno nuevo.
Pedro y Juan se encuentran en lados opuestos de la brecha digital en el trabajo, vanguardia vs. rezago. Supongamos que a los dos se les pide que describan las tecnologías digitales de sus respectivas empresas con una de las siguientes opciones: lo de siempre, impredecible, útil, anticuada o no tan mal. ¿Cuál de los dos señalaría la tercera?
La brecha digital
Para aclarar la situación es necesario primero explicar qué significa el término “brecha digital”. Designa las diferencias de estilo de vida y posibilidades entre quienes tienen a su alcance las tecnologías digitales y los que no. Un ejemplo concreto está en la gran diferencia con la que se pueden hacer depósitos, retiros, transferencias o consultas en una cuenta bancaria común y corriente. Sin un teléfono móvil y sin internet, las opciones son restringidas y poco flexibles.
La brecha digital se manifiesta en numerosos aspectos de la vida actual. Comprar bienes de consumo, solicitar servicios, pasar horas de ocio, educarse, convivir o transportarse son actividades que ocurren de manera distinta para unos y otros. Pero en cualquier sentido, representan limitaciones crecientes para quienes no están a la vanguardia.
La brecha digital en el trabajo
En lo relativo al ámbito de trabajo hay un cierto matiz que debe tener en cuenta para tener una percepción más clara de la cuestión. Como se ilustra con el ejemplo de Pedro y Juan, la posición ante la brecha digital en el ámbito laboral no está determinada por los instrumentos de trabajo. No se trata de dejar herramientas mecánicas a cambio de terminales de cómputo.
La brecha digital está determinada por el grado con el que una organización haya invertido en infraestructura tecnológica digital. Expertos en recursos humanos señalan que, en un plazo mediano, esta diferencia impacta sobre la motivación del personal, su apego al centro de trabajo y el grado de satisfacción que obtienen de colaborar ahí. A largo plazo, puede representar la diferencia entre la supervivencia o el cierre del negocio, pues impacta directamente en los indicadores de productividad y eficiencia.
Esta diferencia posiblemente pasaba inadvertida hasta hace poco. Pero el primer trimestre del año pasado la colocó en primer plano. El cierre de centros de trabajo y el súbito cambio al trabajo de oficina remoto durante los últimos doce meses colocó a la infraestructura y las áreas de TI bajo fuertes presiones. Otro tanto, a la fuerza de trabajo. En el momento actual, los responsables de recursos humanos ven la pertinencia de reconsiderar la situación con una mirada de más amplia y de largo plazo.
La apertura digital como cultura
El reto de mantener a la empresa actualizada en términos tecnológicos, obviamente, implica inversión. Pero también es una cuestión cultural. La disposición interna de evitar el rezago representa la diferencia.
Es natural que la empresa prefiera personal dispuesto a la innovación y con iniciativa. Para obtenerlo, debe crear las condiciones. En otras palabras, lo que la empresa idealmente debe procurar es el cultivo de una cultura de aceptación tecnológica. Esto consiste en considerar el punto de vista del colaborador en tres aspectos:
El escenario post-vacunación
De acuerdo a los resultados más recientes la Encuesta sobre el impacto generado por la covid-19 del INEGI, el número de negocios en México que mantendrá el recurso del trabajo remoto (o home office, oficina en casa) apenas es 5.7%, de un total de 873,564. Era mayor a mediados del año pasado (7.6%) y cabría preguntarse qué razones determinaron el cambio de opinión en unos 174 mil casos.
Por otro lado, se estima que la proporción que los esquemas híbridos con hasta dos semanas de trabajo remoto por mes, beneficiará a un 22% de la población. Esta posibilidad merece consideración, pues, aunque se avanza con la vacunación, también se presentan otras cuestiones, como la inmunidad de rebaño, polémica y remota, la aparición de mutantes virales que merman la efectividad de las vacunas y el desgaste psíquico que el trabajo remoto puede traer. Y con todo y todo, un segmento de la fuerza de trabajo parece que prefiere el trabajo remoto.
Los esquemas híbridos recuperan las ventajas del modelo tradicional, como el sentido de camaradería que dan el contacto social y la presencia en el espacio de trabajo, y mantienen los aspectos benéficos de hacerlo desde el hogar, como el alivio por menores tiempos de traslado y la satisfacción que deriva de gestionar un recurso tan valioso como el tiempo de acuerdo a preferencias personales.
El papel de recursos humanos
Todo lo anterior resalta la importancia de digitalizar los procesos de recursos humanos implantando herramientas HCM, para gestión del capital humano. Si hay un modo efectivo de lograr el cambio de mentalidad propio de la cultura de apertura digital es mediante el ejemplo. Por esta vía, recursos humanos se convierte en un área que va más allá de lo transaccional y se acerca a las personas, las conoce, las puede escuchar y orientar.
Consideremos cinco casos en los que un sistema HCM fortalece el grado de satisfacción del personal, pues cada quien atiende sus necesidades de manera inmediata, sin intermediación, dependencias de terceros ni lapsos de espera inciertos, cuando necesita:
Veamos ahora el reverso de la moneda, situaciones en las que la empresa se ve beneficiada, pues sus colaboradores cumplen los procesos de trabajo internos con mayor eficiencia y sin errores.
Formar una cultura de apertura que ataje la aparición o ensanchamiento de la brecha digital es una tarea en la que las áreas de recursos humanos deben asumir el liderazgo. Envíanos un correo a contacto@lennken.com y te daremos una demo de nuestra herramienta Integra S3, que con sus doce módulos te brinda todos los recursos necesarios que puedas mantener a tu personal en la orilla correcta de la brecha digital.