Las amplias posibilidades del seguro bajo demanda

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Aunque en el mundo de la economía digital se esgrime con frecuencia el término on demand (bajo demanda, en inglés) contratar servicios a la medida es casi una obviedad. Son contados los servicios que no se proporcionan bajo ese modelo. Sea un dentista, un abogado o un chofer, la inmensa mayoría de los mortales los piden solo si hay dolor de muelas, riesgo de acabar tras las rejas o necesidad de desplazarse.  

Pero desde hace más o menos diez años, las tecnologías digitales y el hecho de que millones de nosotros tenemos a mañana tarde y noche una terminal de cómputo en nuestra mano (eso que con toda familiaridad llamamos “el cel”), han aparecido decenas de empresas ofreciendo servicios bajo demanda. También son ya varios los casos de las que tuvieron inicios auspiciosos y de pronto se vieron en serios problemas. Otras hasta han desaparecido. 

Entre los servicios que más atención han atraído, examinaremos los de empresas insurtech con productos bajo demanda. En su definición clásica, se trata de un modelo de negocio que permite al cliente activar o desactivar su protección (literalmente, como si prendiera o apagara una lámpara eléctrica). En términos generales, la idea es que el costo de estar protegido es más bajo porque esa protección sólo se da cuando el protegido decide que la necesita. Ejemplo muy conocido de este tipo de aseguramiento es el que ofreció la empresa Trōv hasta mediados de 2019. 

El fundamento sobre el que se desarrolla el seguro bajo demanda consiste en la fragmentación del servicio de aseguramiento tradicional en porciones discretas. La meta es asegurar solo en ocasiones concretas, periódicas o eventuales. Las condiciones de las pólizas habituales son demasiado inflexibles (y costosas, por consiguiente) como para ofrecer algo así. 

Tipos de seguro bajo demanda 

El servicio de aseguramiento bajo demanda significa varios cambios a la idea tradicional de seguro: la cobertura pasa del modo “por lapso prestablecido” al modo “pago por evento”; la oferta pasa de ser “por paquete” al modo “a la medida del cliente” y los precios, de fijos por anticipado a dinámicos (o determinables) según cada situación. En función de estos cambios, podemos distinguir tres tipos de producto de seguro: 

Microseguro. Cubre riesgos menores y se presta por lapso u ocasión específicos. Un seguro contra accidente personal para quien participa en una competencia, para quien emprende un viaje o quien desea proteger un equipo profesional como una cámara durante cierto evento serían ejemplos de este producto. 

Protección de bienes o responsabilidad civil en la economía colaborativa. Cubre contra daños a bienes materiales o las responsabilidades en las que puede incurrir quien usa esos bienes materiales. Quien se hospeda en una vivienda de alguien más y el dueño que la ofrece (a través de servicios como Airbnb o FlipKey), son clientes. 

Aseguramiento por uso. Determina el nivel de riesgo de lo asegurado (persona u objeto) a través de un flujo continuo de datos, de lo que sale el monto a cargar por el servicio de aseguramiento. En tanto que depende del citado flujo de datos continuo, solo es posible vinculado a conceptos digitales como el internet del comportamiento y del internet de las cosas.

La experiencia del usuario 

Comentamos antes el caso de una empresa pionera en el seguro bajo demanda que ya dejó el mercado del consumidor final. Su ofrecimiento consistía en que los clientes podían activar o desactivar la cobertura de bienes personales —una cámara, una computadora portátil, etc.— cuando lo decidieran. El beneficio prometido a través del costo reducido parece que no fue tan atractivo como para atraer suficientes clientes. O, dicho de otra forma, activar y desactivar eran procesos demasiado complicados. 

En conclusión, parece que el asegurado on-demand es extremadamente comodino. Prefiere un solo pago anual y desentenderse del asunto que ahorrar. Por lo anterior, las ofertas de seguro bajo demanda que parecen tener mejores perspectivas son los que miden el “consumo de horas-seguro”, por así decirlo, en automático. Toca al asegurador el diseñar un proceso tal que asegure a sus clientes la máxima comodidad, es decir, la mínima intervención.  

Una manera de lograrlo consiste en ofrecer la contratación del seguro en el contexto de la experiencia de usuario que adquiere el producto o servicio que serán asegurados. La llamada “economía colaborativa” es el marco ideal para este efecto. Veamos un ejemplo ya familiar.  

Si una persona desea ofrecer las habitaciones vacías de su vivienda para hospedar a viajeros y decide que necesita prepararse para reparar daños causados por sus inquilinos, la forma como el asegurador tiene más probabilidades de obtener clientes es presentando su oferta en el contexto de la plataforma que gestiona el proceso por el cual el dueño de las habitaciones las ofrece a los viajeros potenciales.  

Por lo que al viajero toca, particularmente el que busca la experiencia de hospedarse en un inmueble que tiene un valor patrimonial e histórico muy elevado, estará más dispuesto a contratarse una póliza por responsabilidad civil si se le ofrece como parte del paquete de reservación en línea, en donde se destacan los atributos históricos y artísticos del inmueble donde se hospedará. 

Un mundo de posibilidades 

Según datos de Tracxn, dedicada a monitorear los progresos de las startups y dar información para que fondos e inversionistas de capital de riesgo apoyen unas u otras, en julio pasado operaban 84 aseguradoras bajo demanda. Al repasar someramente el ofrecimiento de solo cinco de las distinguidas entre las más interesantes se nos revela el panorama de lo que podemos esperar en el futuro inmediato por parte de las empresas insurtech.  

Vida y salud. Singlife, de Singapur, ofrece productos que cubren de manera específica situaciones extremas —enfermedades graves, enfermedades terminales, cáncer— que los seguros tradicionales rehúyen. Otra empresa de Estados Unidos, Bestow, se concentra en el seguro de vida, pero determina las primas mediante algoritmos propietarios que sopesan las respuestas a 28 preguntas en torno a la persona que solicita, su trayectoria de salud y su estilo de vida, todo en línea.  

Seguros bajo demanda para individuos. La plataforma alemana Getsafe se concentra en brindar a individuos un abanico de coberturas novedosas: por daños o pérdida de las posesiones personales, por responsabilidad civil a terceros volando drones, para proteger el menaje de casa, para ortodoncia, entre muchas otras. 

Seguros de viaje. Este tipo de seguro no es gran novedad. Pero el diferenciador en el caso de SafetyWing, de Estados Unidos, está en que sus pólizas se aplican según el tipo de viajero, sea turista regular, viajero de negocio, freelancer que se desplaza por razones de trabajo, familias enteras, menores de edad y hasta nómadas, es decir, personas que andan por todo el mundo sin término ni destino definidos. 

Seguros por volar drones. Este caso es la mejor ilustración de que nuevos problemas exigen nuevas soluciones: no se necesitaría si no hubiera drones, pero no podría determinar el costo de sus pólizas sin las tecnologías digitales que permiten controlar drones. La cuestión es que SkyWatch monitorea el vuelo de los aparatos asegurados. Cruzando el comportamiento del piloto con mapas de riesgo, determina el costo de dar cobertura a cada binomio persona-aparato.  

El seguro bajo demanda es impensable sin otros elementos de las tecnologías digitales: appsinternet de las cosas, y los recursos de la ciencia de datos. Pero también es impensable sin un modelo de negocio correctamente ajustado a las condiciones del mercado. Esa combinación de los dos mundos, las tecnologías digitales y la alta administración de negocios, es justo la ventaja diferencial de Lennken Group. Envía un correo a contacto@lennken.com para que te demostremos que somos tu mejor aliado, si deseas aprovechar con éxito las vastas posibilidades del mundo del seguro bajo demanda. 

Mauricio Prieto

CEO de Lennken Group

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