
Pandemia, cambio climático y tensiones políticas son tres aspectos de la realidad actual que ponen a prueba la estabilidad de las economías. De manera menos evidente, el avance de la tecnología digital hace otro tanto. Quien lo dude solo debe contrastar la presencia de dos marcas, Nokia y Blockbuster, 20 años atrás y hoy.
Por eso, la consultora Gartner publica cada otoño su análisis sobre las tendencias en tecnología digital que identifica como más importantes para los años inmediatos. Este año, los analistas apelan directo a los CIOs, abreviatura del inglés que se traduce como Director General de Informática. Pero el documento en realidad es de interés para cualquiera en el mundo de negocios y tecnologías digitales. En este mundo, lo nuevo pasa rápido de costoso a accesible y de ahí, a indispensable. Lo que el documento toca puede parecer remoto. Pero el auge del trabajo remoto que la primavera de 2020 precipitó en pocas semanas demuestra que lo futuro puede asomar a la vuelta de la esquina.
Tres necesidades
Con el rigor que la prestigiosa consultora acostumbra para sus publicaciones, el documento toca uno por uno una docena de fenómenos. Los distribuye en tres grupos, cuyo nombre expresa una necesidad: estructurar la confianza, esculpir el cambio y acelerar el crecimiento.
En una serie de tres entregas, haremos aquí un repaso de cada grupo. Esta semana toca al primer grupo, estructurar la confianza.
Antes que nada, comentemos el nombre original, engineering trust. Ya que en español no existe el verbo to engineer, propusimos estructurar. Queremos aludir a lo que se asocia al quehacer de un ingeniero: organizar y resolver de manera que la solución sea estable y duradera.
VIsto así, poner la confianza por delante tiene todo el sentido del mundo. Las tecnologías digitales nos sirven para resolver procesos de intercambio con mayor eficiencia. En particular, facilitan relaciones de negocio sin que medie la presencia física de las partes, la que pide algo. la que entrega y la que ayuda. Imposible que eso se cumpla si por principio no hay confianza. Sin medios para dar confianza, el internet se reduciría a diseminar mensajes. Allá quien los manda, allá quien los recibe y allá quien los crea.
Para estructurar la confianza en los recursos digitales, Gartner destaca la necesidad de atender cuatro elementos.
Tejido de datos. Ya nadie cuestiona el valor que tienen los datos… o más bien, el que pueden tener. Si se almacenan por aislado y se emplean para un solo fin, su utilidad decae.
La idea de un tejido significa un mundo en el que los datos están “estructurados”: se sabe a qué categoría pertenece cada dato, se guarda en una base de datos relacional y para reconocerlo no se necesitan el discernimiento humano. “Mercedes”, bien estructurado, significa que el sistema sabe si es una persona, una marca de auto o una concesión de alguien a alguien más.
Para ese efecto, se han desarrollado tecnologías que facilitan la extracción, manipulación y estructuración de datos. Pero la idea es ir más allá. No se trata solo de clasificar bien los datos desde que se recaban, sea la actividad de los visitantes de un sitio web o la lista de productos que un cliente ha adquirido de un comerciante o sus opiniones sobre cierta marca en una red social. Además, se trata de analizarlos según criterios que distingan los de mayor valor.
La malla de ciberseguridad. Otro elemento necesario para la confianza en lo digital atañe al robo de datos o la penetración de sistemas por agentes no autorizados. El cómputo en la nube exige abordar la cuestión desde una nueva perspectiva. Los sistemas empresariales se hospedan cada vez menos en un centro de datos y se usan cada vez más en forma remota, a través de redes públicas e internet inalámbrico. Interviene además la presencia de terceros que colaboran entre empresas y clientes, y la necesidad de darles acceso restringido a datos y/o aplicaciones reservadas.
Esto da lugar al concepto de una malla como modelo para la arquitectura de seguridad. La idea de la malla presupone que la empresa centraliza la definición de políticas de seguridad y acceso, quién puede ver y usar qué. Pero los sistemas de seguridad deben diseñarse de modo que se puedan aplicar esas políticas de forma remota y en plataformas digitales SaaS, que la empresa usa pero no le pertenecen.
Cómputo pro privacidad. La cara opuesta de la interconexión remota, que las tecnologías digitales han hecho posible, está en separar lo privado y lo público, lo que los demás pueden ver y saber de cada quién. Resguardar esos datos no es suficiente. Las empresas también necesitan demostrar cómo usan esos datos y probar que los usan para bien.
De aquí el concepto del cómputo pro privacidad. Lo ilustra de modo elemental el asunto de que los datos recabados por una tienda en línea sobre los hábitos de los consumidores los comparte la empresa digitalmente con sus proveedores. Así programan con mayor acierto su producción, su aprovisionamiento, etc. Pero al hacerlo, esa empresa no divulga la información privada de individuos específicos, los clientes de esa tienda en línea.
Plataformas nacidas en la nube. Migrar las aplicaciones a la nube promete un gran beneficio: la empresa libera recursos, que puede canalizar hacia la médula de su actividad. Por eso, se estima que la mayor parte de las empresas estarán aprovechando servicios SaaS en un plazo mediano y que la operación de sistemas on premise se reservará solo para cuestiones muy específicas.
La estrategia de migración, sin embargo, es determinante. Trasladar aplicación y datos de la infraestructura on premise a la nube (lift-and-shift cloud migration en inglés, que literalmente significa “cargar-y-mudar”) tal vez no aporta los mejores resultados. A la postre, las tareas de administrar el sistema y tenerlo a punta pueden cancelar los beneficios que la nube promete.
Los expertos opinan que la ventaja de desarrollar aplicaciones desde cero en una plataforma nativa a la nube garantiza elasticidad y escalabilidad, que son literalmente la esencia del cómputo en la nube. Se realiza un uso más racional de la infraestructura, lo que permite destinar más recursos a lograr que la funcionalidad sea la óptima para cada caso.
Todos estos conceptos se encuadran en el marco de la transformación digital. Hacia el futuro, las empresas que han de prosperar son las que entretejan la tecnología en todos los aspectos de su operación. Acompañar a empresas grandes y pequeñas en ese proceso es la misión que nos hemos dado en Lennken Group. ¿Estás listo para emprenderlo? Solicita una cita en contacto@lennken.com
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